Con esta entrada iniciamos la vida de un proyecto con el que he soñado mucho; desde niño y en mi adolescencia a veces buscaba que hubiera centros de encuentro donde jóvenes pudieran encontrarse para entender la naturaleza en comunidad. En 2010 hice mi primer blog con esta motivación, cuando recién terminé la carrera; buscaba ser un espacio de construcción de conocimiento y de investigación comunitaria donde no importaran títulos ni méritos y donde el conocer fuera apreciado como un valor social lúdico. Me llevó pasar por muchos lados y un período de mucho aprendizaje con BeAnotherLab, un laboratorio que llevo con un grupo de amigos y que ha crecido como nunca nos imaginamos. El grupo es independiente y lleva a cabo investigaciones con muchas instituciones alrededor del mundo, además de que el número de miembros principales ha crecido mucho. Con ellos (y con un equipo deportivo curiosamente) aprendí que es posible hacer sistemas distribuidos y no jerárquicos; que no es fácil pero que es importante tratar de construir nuevos modelos aunque no se adapten facilmente a nuestro paradigma social y económico actual. Ese proceso en sí es un cuerpo de conocimiento muy vigente y necesario como alternativa en nuestro mundo occidental neoliberalista, ¿cómo sobrevivir con nuevos modelos abiertos; con equipos de trabajo no jerárquicos; con pocos recursos; tratando de llegar a gente que normalmente no tendría acceso mas sí interés; y sin un producto tangible que ofrecer?

Dando clases aprendí algo muy valioso para mí, que lo más importante en un proceso de descubrimiento no es tener las respuestas, sino comprender la magnitud de las preguntas; pero hay un problema con esto y es que no es una posición pragmática, a diferencia de la ideología que cada vez más permea nuestro mundo. En la realidad, mucha de la riqueza cognoscitiva que se construye en la academia a veces no llega a la sociedad civil; y la mayor parte de la investigación informal que se da fuera de la academia no llega ni a esta ni a otros sectores de la sociedad. Los laboratorios de investigación tienen sus prioridades muy definidas y muchas veces están alejadas de problemas sociales u orientadas a beneficios para industrias concretas que fondean los estudios y que velan por intereses muy propios. Por otro lado grupos sociales marginados no tienen acceso a mucho conocimiento ni a comunicar sus necesidades a expertos que pueden y estarían gustosos de generar soluciones.

Alguna vez he padecido por no tener las credenciales necesarias para emprender investigaciones y sufrido por tener que cumplir con parámetros establecidos por políticas ridículas alejadas de una búsqueda auténtica del conocimiento. De igual manera, creo que muchos hemos visto como algunas personas se benefician por el trabajo de otros, privándolos de su autoría. El Centro nace con intenciones de ser una alternativa a muchos de estos problemas. Si bien es un experimento aventurado, vale la pena arriesgarse.

Vivimos en un tiempo donde el internet nos permite acceder cuerpos de conocimiento muy vastos, tan vastos que a veces nos es difícil aproximarnos a ellos. Recuerdo una discusión con un equipo de trabajo fenomenal donde después de horas de hablar de la motivación en el descubrir, concluimos que había una parte de ello que era el valor comunitario. Aquí buscamos generar un punto de encuentro social real desde donde descubrir. Que el estudio sea comunitario.

He comenzado a emprender este proyecto y escribo yo esta primera entrada porque aún no somos una comunidad muy grande, me ha tocado iniciar mas lo ideal sería que nos apropiemos como sociedad. Tengo grandes deseos de que esta iniciativa crezca y florezca y que vaya tomando forma, aunque sea flexible, en el camino.

Andando la carreta se acomodan los melones.

Bienvenidos,

Marte Roel